Born in Guatemala, 1993.
Jeannyffer Campos is an architect, cultural manager, and violinist whose multidisciplinary work and formal education span the Americas, Europe, and Asia. Her architectural practice and cultural approach constitute a form of resistance—a radical response to the erasure and flattening of regional identity within global design discourse. She bridges architecture, the arts, ecofeminism, ancestral knowledge, and radical ecology, imagining a modernist utopian metropolis through acupunctural, quasi-sculptural interventions that imbue spaces with distinct personality and poetic resonance.
Her approach to radical regionalism is not nostalgic but insurgent; her practice becomes a vessel for reinterpreting architectural vocabularies—particularly those rooted in Latin American Art Deco and Brutalism—to challenge dominant paradigms and provoke new spatial imaginaries. For Jeannyffer, the act of designing becomes a form of architectural activism that honours memory and listens to the echoes of place while daring to rewrite its spatial future. Her architecture aims to carry the weight of what was while opening space for what might be. It is both a tribute and a choreography of renewal.
Guided by a process of deciphering architectural sign systems, Jeannyffer engages the built environment not as static form, but as a living archive of socio-political codes, aesthetic resistance, and regional identity. She treats these stylistic languages as semiotic fields, where ornament, massing, and materiality become carriers of meaning. Through a structuralist lens, she reconfigures these elements to expose their latent narratives and re-situate them within contemporary ecological and cultural frameworks.
Her methodology is both analytical and intuitive: critically reflexive in its engagement with theory and context, and emotionally resonant in its sensitivity to rhythm and scale—qualities informed by her musical background as a violinist and that permeate her architectural language and curatorial vision as a cultural practitioner.
Her pursuit of daring, unprecedented architecture is not merely aesthetic—it is a call for diversity, dialogue, and the joyful disruption of convention. Her work challenges the notion of architecture as mere shelter—it must become a vessel for memory, a site of provocation, and a space of belonging.
ESPAÑOL
Nacida en Guatemala, 1993.
Jeannyffer Campos es arquitecta, gestora cultural y violinista, cuya práctica multidisciplinaria y formación académica se extienden por América, Europa y Asia. Su enfoque arquitectónico y cultural constituye una forma de resistencia: una respuesta radical frente a la desaparición y la homogeneización de la identidad regional en el discurso global del diseño. Su trabajo entrelaza arquitectura, artes, ecofeminismo, conocimientos ancestrales y ecología radical, imaginando una metrópolis utópica modernista a través de intervenciones acupunturales y cuasi-escultóricas que dotan a los espacios de una personalidad distintiva y una resonancia poética.
Su enfoque del regionalismo radical no es nostálgico, sino insurgente; su práctica se convierte en un vehículo para reinterpretar vocabularios arquitectónicos—especialmente aquellos enraizados en el Art Deco latinoamericano y el Brutalismo—con el fin de cuestionar paradigmas dominantes y provocar nuevas imaginaciones espaciales. Para Jeannyffer, el acto de diseñar es una forma de activismo arquitectónico que honra la memoria y escucha los ecos del lugar, mientras se atreve a reescribir su futuro espacial. Su arquitectura busca cargar con el peso de lo que fue, al tiempo que abre espacio para lo que podría ser. Es tanto un tributo como una coreografía de renovación.
Guiada por un proceso de decodificación de sistemas de signos arquitectónicos, Jeannyffer aborda el entorno construido no como forma estática, sino como archivo vivo de códigos sociopolíticos, resistencia estética e identidad regional. Trata estos lenguajes estilísticos como campos semióticos, donde el ornamento, la masa y la materialidad se convierten en portadores de significado. A través de una lente estructuralista, reconfigura estos elementos para revelar sus narrativas latentes y reubicarlas dentro de marcos ecológicos y culturales contemporáneos.
Su metodología es tanto analítica como intuitiva: reflexiva en su compromiso con la teoría y el contexto, y emocionalmente resonante en su sensibilidad al ritmo y la escala—cualidades informadas por su formación musical como violinista, que impregnan su lenguaje arquitectónico y visión curatorial como practicante cultural.
Su búsqueda de una arquitectura sin precedentes no es meramente estética: es una convocatoria a la diversidad, al diálogo y a la alegre disrupción de lo convencional. Sus diseños cuestiona la noción de la arquitectura como mero refugio: debe convertirse en un recipiente de memoria, un lugar de provocación y un espacio de pertenencia.